En 1962, varios miembros de nuestra familia fuimos testigos del "milagruco", ocurrido en Garabandal (San Miguel Arcángel dio la Sagrada Comunión a Conchita González). Ahora, cincuenta años después, esperamos que terminen de cumplirse las profecías de la Virgen. En este blog nos proponemos recoger -en castellano, inglés, francés, portugués, italiano...- algunos mensajes del Cielo a hombres y mujeres de Dios, en nuestros tiempos. Son continuación de lo que la Virgen anunció en Garabandal, entre 1961 y 1965. Si se leen despacio, son fuente de oración, y de amor a Dios y a nuestros hermanos de todo el mundo. Conviene advertir que, mientras caminamos en esta vida, vamos hacia la luz de la verdad a través de sombras e imágenes veladas. Por eso, no podemos alcanzar aún un discernimiento pleno de estos mensajes. Durante el "Aviso" el Señor disipará nuestras dudas e incertidumbres. Para comprender mejor el contenido del blog, se puede leer la página sobre GARABANDAL.

jueves, 25 de octubre de 2012

Mensajes (25 oct 2012)

La Madonna y ángeles tocando música
La Madonna y ángeles tocando música
(Pedro Serra)
1. Maria Divine Mercy (Irlanda)
Mensaje de: Jesucristo.
Fecha: 20 oct 2012, 11:20 pm.
Título: The billions of souls already in Hell are those who rejected Me shamelessly during their life (Los billones de almas que ya están en el Infierno son las que vergonzosamente Me rechazarón durante su vida). [* En los países de lengua inglesa un billón es equivalente a mil millones].
Traducción (nuestra):
   “Mi querida y amada hija, la visión que permití que tuvieras la noche pasada, fue para fortalecerte espiritualmente, y para mostrarte la Verdad de la vida después de la muerte.
   Durante las primeras horas después de la muerte, Satanás envía sus demonios para tentar a las almas – aún en esa etapa.
   Él las tienta para que rechacen el estado del Purgatorio. Él hace lo mismo con aquellos que han muerto en estado de gracia, que están destinados al Cielo.
   Te mostré la rapidez con que las almas se lanzan al Infierno y la terrible persecución a la que se enfrentan, para avisar a los que no creen que existe.
    Ya están ahí billones de almas, y hay tantas que entran cada segundo; a ti te pareció como una lluvia de estrellas caídas, como una granizada que caía al lago de fuego.
   También te mostré el asombro y la alegría de las caras de las almas que, en el último minuto, fueron purificadas y pudieron salvarse. Esto se debe al sufrimiento aceptado por las almas víctimas, para la salvación del Infierno de esas almas.
   Viste, primero, el terror, y luego, el temor en sus caras, al saber la Verdad de su destino final. Después, viste la alegría en sus caras, cuando se dieron cuenta que habían sido salvadas.
   Los billones de almas que ya están en el Infierno, son las que vergonzosamente Me rechazaron, durante su vida en la tierra. Muchas fueron personas listas, inteligentes, en posiciones de influencia en el mundo, que fueron muy lejos para asegurarse de que la Palabra de Dios no fuese escuchada. Muchas fueron las responsables de ordenar el asesinato de miles de personas inocentes. Ejecutaron a los hijos de Dios sin una pizca de remordimiento en sus corazones. Llevaron a cabo acciones viles, participaron en perversidades sexuales, que ofenden a Dios y son abominables ante Él.
   Muchas persiguieron a las Iglesias de Dios a través de actividades mundanas, y en algunos casos se unieron al enemigo en misas negras, en las que rendían culto a la bestia.
   Esas son las almas que tú estás salvando, hija Mía. Las que tienen el almas ennegrecidas y los corazones de piedra.
   Hay diez veces más almas en el Infierno que en el Purgatorio [por cada alma en el Purgatorio hay diez en el Infierno]. Los billones [ es decir, los miles de millones] de almas en el Infierno, todas en niveles diferentes, superan en número a aquellas del Cielo por treinta y tres por cada alma [por cada alma del Cielo hay 33 en el Infierno].
   No es fácil ir al Cielo, y para preparar vuestras almas para pasar por sus puertas, se requiere mucha entrega.
   Este es el tiempo de la Verdad. La Verdad no siempre es placentera, pero es necesario que todos los hijos de Dios lo comprendan.
   Sin embargo, Mi Misericordia en grande. Cuando la pedís para vosotros, vuestras plegarias serán contestadas. Cuando pedís para que otra alma se salve, especialmente en el momento de su muerte, vuestra oración será escuchada. Si no pedís Mi Misericordia, no se os podrá dar.
   En el momento del Aviso, Mi Misericordia se derramará por toda la tierra. Entonces debéis pedir que Mi Gran Misericordia os proteja.
   Para aquellos que rechazan Mi Misericordia, esto será a causa de su libertad personal.
   Mi Misericordia es abundante y, sin embargo, pocos la piden.
Vuestro Jesús”.
Idioma: inglés.



2. Jabez (Ontario, Canadá)
Mensaje de: Dios Alfa y Omega.
Fecha: 24 oct 2012.
Título: Let All That You Say, Think, And Do, Give Me Glory (Que todo lo que decís, pensáis y hacéis me dé Gloria).
Traducción (nuestra):
“Hijos de Mi Divino Corazón,
    Yo Soy. Yo Soy el que Soy. Yo Soy el Alfa y la Omega. Oídme. Deseo habitar en vosotros. Deseo instruiros, y conduciros a la gloria. Os amo tanto. Abrid vuestros corazones a Mí. Entregad todo. Entregad vuestros cuidados, vuestras familias, vuestros corazones. Dadme permiso para trabajar en vosotros. Tengo planes para vosotros. Necesito guerreros de la oración. Alistaos en la batalla y perseverad. No bajéis la guardia. No penséis que es suficiente el pequeño avance que habéis logrado. Debéis alcanzar la perfección. Luchad para ser santos. Haced sacrificios. Sacrificad vuestra misma existencia por el bien del planeta entero. No me rehuséis. El tiempo es de la esencia. Sacrificad vuestros sueños a Mí. Muchos de vosotros tenéis ídolos. Muchos de vosotros habéis hecho ídolos de vuestras esposas. Volved a Mí. Rezad por la conversión de millones. Pedid para que todas las cosas me den gloria. Esta debe ser vuestra meta última en la vida. Que todo lo que decís, pensáis, y hacéis me dé gloria sempiterna. Cuando consigáis esta meta, seréis verdaderamente santos. Ahora os bendigo. Os dejo mi beso de paz. Shalom”.
Idioma: inglés.

* Año de la Fe. Catequesis de Benedicto XVI (24 oct 2012)
«La fe es adherirse a quien me da confianza y esperanza»
Queridos hermanos y hermanas,
         El pasado miércoles, con el comienzo del Año de la Fe, comencé una nueva serie de catequesis sobre la fe. Hoy quisiera reflexionar con ustedes sobre lo elemental: ¿qué es la fe? ¿tiene sentido la fe en un mundo donde la ciencia y la tecnología han abierto nuevos horizontes hasta hace poco impensables? ¿qué significa creer hoy en día? En efecto, en nuestro tiempo es necesaria una educación renovada en la fe, que abarque por cierto el conocimiento de sus verdades y de los acontecimientos de la salvación, pero que, en primer lugar, nazca de un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo, de amarlo, de confiar en Él, de modo que abrace toda nuestra vida.
        En la actualidad, junto con tantos signos buenos, crece también en nuestro alrededor un desierto espiritual. A veces, se tiene la sensación – ante ciertos acontecimientos de los que recibimos noticias cada día – de que el mundo no se encamina hacia la construcción de una comunidad más fraterna y pacífica, las mismas ideas de progreso y bienestar muestran también sus sombras. A pesar de la grandeza de los descubrimientos de la ciencia y de los avances de la tecnología, el hombre de hoy no parece ser verdaderamente más libre, más humano, permanecen todavía muchas formas de explotación, de manipulación, de violencia, de opresión, de injusticia ... Además, un cierto tipo de cultura ha educado a moverse sólo en el horizonte de las cosas, en lo posible, a creer sólo en lo que vemos y tocamos con nuestras manos. Pero por otro lado, aumenta también el número de personas que se sienten desorientadas y que tratan de ir más allá de una visión puramente horizontal de la realidad, que están dispuestas a creer en todo y su contrario. En este contexto, vuelven a surgir algunas preguntas fundamentales, que son mucho más concretas de lo que parecen a primera vista: ¿qué sentido tiene vivir? ¿hay un futuro para el hombre, para nosotros y para las generaciones futuras? ¿en qué dirección orientar las decisiones de nuestra libertad para lograr en la vida un resultado bueno y feliz resultado ser un éxito y una vida feliz? ¿qué nos espera más allá del umbral de la muerte?
        De estas preguntas que no se logran apagar, emerge cómo el mundo de la planificación, del cálculo exacto y de la experimentación, en una palabra, el conocimiento de la ciencia, si bien son importantes para la vida humana, no son suficientes. Nosotros necesitamos no sólo el pan material, necesitamos amor, sentido y esperanza, un fundamento seguro, un terreno sólido que nos ayude a vivir con un sentido auténtico, incluso en la crisis, en la oscuridad, en las dificultades y problemas cotidianos. La fe nos dona precisamente esto: en una confiada entrega a un "Tú", que es Dios, el cual me da una certeza diferente, pero no menos sólida que la que proviene del cálculo exacto o de la ciencia.
        La fe no es un mero asentimiento intelectual del hombre a las verdades particulares sobre Dios, es un acto con el cual me entrego libremente a un Dios que es Padre y me ama, es adhesión a un "Tú" que me da esperanza y confianza. Ciertamente, esta unión con Dios no carece de contenido: con ella, sabemos que Dios se ha revelado a nosotros en Cristo, que hizo ver su rostro y se acercó realmente a cada uno de nosotros. Aún más, Dios ha revelado que su amor al hombre, a cada uno de nosotros es sin medida: en la Cruz, Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios hecho hombre nos muestra, en la forma más luminosa, hasta dónde llega este amor, hasta darse a sí mismo hasta el sacrificio total.
        Con el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, Dios desciende hasta el fondo de nuestra humanidad, para volverla a llevar hacia Él, para elevarla hasta que alcance su altura. La fe es creer en este amor de Dios, que nunca falla ante la maldad de los hombres, ante el mal y la muerte, sino que es capaz de transformar todas las formas de esclavitud, brindando la posibilidad de la salvación
        Tener fe, entonces, es encontrar a ese "Tú," a Dios, que me sostiene y me concede la promesa de un amor indestructible, que no sólo aspira a la eternidad, sino que la dona; es entregarme a Dios con la actitud confiada de un niño, que sabe que todas sus dificultades y todos sus problemas están a salvo en el "tú" de la madre. Y esta posibilidad de la salvación por medio de la fe es un don que Dios ofrece a todos los hombres. Creo que deberíamos meditar más a menudo - en nuestra vida cotidiana, caracterizada por problemas y situaciones a veces dramáticas – sobre el hecho de que creer cristianamente implica ese entregarme con confianza al sentido profundo que me sostiene - a mí y al mundo – ese sentido que no somos capaces de darnos nosotros mismos, sino que sólo podemos recibir como don, y que es el cimiento sobre el cual podemos vivir sin miedos. Y debemos ser capaces de proclamar y anunciar esta certeza liberadora y tranquilizadora de la fe, con palabras y con nuestras acciones para mostrarla con nuestra vida como cristianos.
        A nuestro alrededor, sin embargo, vemos cada día que muchas personas son indiferentes o se niegan a aceptar este anuncio. Al final del Evangelio de Marcos, hoy tenemos palabras duras de Resucitado que dice: "El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará." (Marcos 16:16). Se perderá a sí mismo. Los invito a reflexionar sobre esto. La confianza en la acción del Espíritu Santo, siempre nos debe empujar a predicar el Evangelio, a dar testimonio valiente de la fe; pero, además de la posibilidad de una respuesta positiva al don de la fe, también existe el riesgo de rechazo del Evangelio, de no querer recibir el encuentro vital con Cristo. San Agustín ya ponía este problema en un comentario sobre la parábola del sembrador: "Nosotros hablamos - decía- tiramos la semilla, esparcimos la semilla. Hay quienes desprecian, hay los que critican, los que se burlan. Si les tememos, no tenemos nada que sembrar y el día de la cosecha perderemos la cosecha. Así pues, venga la semilla de la buena tierra" (Discursos sobre la disciplina cristiana, 13,14: PL 40, 677-678). El rechazo, por lo tanto, no nos debe desalentar. Como cristianos, somos testigos de este suelo fértil, nuestra fe, incluso dentro de nuestros límites, demuestra que hay buena tierra, donde la semilla de la Palabra de Dios produce frutos abundantes de justicia, paz y amor, de nueva humanidad, de salvación. Y toda la historia de la Iglesia, con todos los problemas, demuestra también que existe la tierra buena, existe la semilla buena que da fruto.
        Pero preguntémonos: ¿de dónde saca el hombre aquella apertura de corazón y de la mente para creer en el Dios que se ha hecho visible en Jesucristo, muerto y resucitado, para recibir su salvación, para que Él y su Evangelio sean la guía y la luz de la existencia? Respuesta: Podemos creer en Dios porque Él viene a nosotros y nos toca, porque el Espíritu Santo, don del Señor resucitado, nos hace capaces de acoger el Dios vivo. La fe es, pues, ante todo un don sobrenatural, un don de Dios. El Concilio Vaticano II afirma, cito: " Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios, que proviene y ayuda, y son necesarios los auxilios internos del Espíritu Santo, el cual mueve el corazón y lo convierte a Dios, abre los ojos de la mente y da "a todos la suavidad en el aceptar y creer la verdad"(Constitución dogmática. Dei Verbum, 5). La base de nuestro camino de fe es el bautismo, el sacramento que nos da el Espíritu Santo, que nos hace hijos de Dios en Cristo, y marca la entrada en la comunidad de fe, en la Iglesia: no se cree, sin prevenir la gracia del Espíritu; y no creemos solos, sino junto con los hermanos. A partir del Bautismo cada creyente está llamado a re-vivir y hacer su propia confesión de fe, junto con sus hermanos.
        La fe es un don de Dios, pero también es un acto profundamente humano y libre. El Catecismo de la Iglesia Católica lo dice claramente: "Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre "(n. 154). Es más, las implica y los exalta, en una apuesta de vida que es como un éxodo, es decir: un salir de sí mismos, de los propias seguridades, de los propios esquemas mentales, para confiarse a la acción de Dios que nos muestra su camino para con seguir la verdadera libertad, nuestra identidad humana, la verdadera alegría de corazón, la paz con todos. Creer es confiarse libremente y con alegría al plan providencial de Dios en la historia, como lo hizo el patriarca Abraham, como lo hizo María de Nazaret. La fe es, pues, un consentimiento con el que nuestra mente y nuestro corazón dicen su "sí" a Dios, confesando que Jesús es el Señor. Y este "sí" transforma la vida, le abre el camino hacia una plenitud de sentido, que la hace nueva, rica de alegría y esperanza fiable.
        Queridos amigos, nuestro tiempo requiere cristianos que han sido aferrados por Cristo, que crezcan en la fe a través de la familiaridad con las Sagradas Escrituras y los Sacramentos. Personas que sean casi como un libro abierto que narra la experiencia de la vida nueva en el Espíritu, la presencia del Dios que nos sostiene en el camino y nos abre a la vida que no tendrá fin. Gracias.

1 comentario:

  1. Título: The billions of souls already in Hell are those who rejected Me shamelessly during their life (Los billones de almas que ya están en el Infierno son las que vergonzosamente Me rechazarón durante su vida).
    Traducción (nuestra): ruego encarecidamente que mandeis desde este blog la explicacion siguiente sobre la palabra "BILLIONS" que habeis traducido como "BILLONES" porque esconde un error grande... Precisamente porque en la lengua inglesa usan un sistema metrico decimal distinto al que usamos en el resto del mundo occidental, es decir: para los ingleses la palabra "BILLIONS" significa "nueve ceros" es decir significa "mil millones" 1.000.000.000 mientras que en castellano la palabra "BILLONES" representa "doce ceros" es decir, representa 1.000.000.000.000 personas... precisamente esto sugiere que los hablantes del castellano interpretan "BILLONES DE PERSONAS" como algo imposible pues hoy dia solamente existen 7.000.000.000 personas en el mundo... evidentemente eso exactamente dice en ingles.
    Gracias porque... ¿ahora se entiende mejor?

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